J. M. Ferreira Cunquero
Poeta del silencio, de los versos
contundentes, que nacen a golpe espiritual de escalofríos como última oración en
cualquier noche estremecida. Poeta, que en íntima desnudez, explora la emoción,
el vergel de la estructura donde ensueña la vida bautizarse en la humedad del
verso.
No hace falta grito alguno que requiera
un pedazo de gloria trashumante, porque ella tiene claro que la vanidad en
poesía, más que lujo, es lija que restriega el fugaz resplandor en dos
segundos. Por eso me rindo ante la sencillez de su llamada y, creciendo en
existencia, me bebo su voz insinuante.
Asunción Escribano, una y otra vez, se
asoma con sigilo a recaudarme en las entrañas pertenencias y, rondando de
puntillas los cercos misteriosos del encuentro, sugiere con sutil armonía que
me entregue. Y es que en la impactante geografía del silencio, se interpreta brotando
hasta decirme que le arranco aullidos a
su sangre, ceremonia vital de sugerencias que al pronto desentrañan algo
más que cercanía.
La antología poética de Asunción
Escribano, editada por la Diputación de Salamanca, tiene denominación poética de
origen garantizada. Una entrega que estercola en los sentidos su mirada. Observación
de suaves entornos que preñaron intocables horas de amor. Tenues luces que enmarcaron
siluetas en neblinas, espacios poéticos en los que Asunción Escribano, una vez
más, vuelve a hacernos suyos.
Es poeta humilde, de la sencillez que rehúsa poner su nombre en los luminosos encuadres
mercantiles, donde la poesía se vende como fruta. La diáfana claridad de su
vivencia la hace huir de los banales púlpitos, que anhelan el imbécil halago de
los ignorantes. Esta antología, que lleva por título Solo me acarician alas, vertebra, en pleno augurio de otros versos, poemarios que esperan ver la luz, no tardando mucho, entre nosotros.
La poética reflexiva de Asunción Escribano incita a cerrar los ojos y sentir la musicalidad del asombro, que surge en plena hechicería de la palabra. Un poemario medido que nos acerca a su obra, para dejarnos urdiendo la necesidad de tornar permanentemente a su escritura.
Publicado en el diario El Adelanto de Zamora y en el de Salamanca 6.10.12
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