J. M. Ferreira Cunquero
Puede ser que en otro tiempo las
inocentadas, en un día tan dispuesto para tal cosa como el de hoy, tuviesen
cierta relevancia. Pero esto es como el pollo, que pasó de ser protagonista en
grandes celebraciones a mero figurante en el menú diario, que por repetido
llegó a causar aburrimiento.
Que somos inocentes está más que
demostrado, con esta predisposición que tenemos a adoptar con ardor las
promesas urdidas por los voceros que anhelan continuamente subirse a la privilegiada tarima del chollo.
Don Mariano -hemos de
reconocerlo- nos ha colado una variedad de inocentadas tan interesante en un
solo año, que es prácticamente imposible que nosotros, pobres mortales, podamos
estar a la altura de una fecha como la de hoy con alguna ocurrencia infantil
trasnochada.
Para inocentada la que ha gastado
el señor Mas en Cataluña a sus crédulos convecinos. Genial por inconsecuente y
atrevida.
A un servidor a estas alturas le
importa un pimiento que el Barcelona juegue en la liga internacional catalana
contra el Gramanet, o que al pasar de Aragón (reino del que formó parte el
territorio catalán durante siglos) nos registren como a extranjeros sospechosos
en una delirante frontera. Si ha de ser que sea, faltaría más, señor Mas.
De todos modos esta movida me
suena a broma de poco calibre, pues la Carta Magna, como vigía del Estado pondrá a su
tiempo las cosas en su sitio. Sería un desastre que a estas alturas alguien
consiguiera, por una decisión mal calibrada, ridiculizar la Constitución que,
pese a los vicios que alberga, fue conseguida con el esfuerzo de todos.
Otra cosa es el respeto que a un
servidor le merece todo el gentío que, por no considerarse español, aspire a
esa independencia administrada (¡qué paradoja!) por CIU y ERC.
El caso es que, mientras maquinan
cómo burlar las reglas del juego divagando con pasión esta tremenda chirigota,
Cataluña, como el resto de España, se hunde, ante la ineficacia política, que
da el cante, en la más grotesca inocentada de nuestro tiempo.
Publicado en el diario El Adelanto de Salamanca y en el de Zamora 28.12.12
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