HACIA LA NADA
J. M. Ferreira Cunquero
Foto: universocanario.com
Son los hijos del infortunio que,
al sur de la tierra, heridos inquieren su dignidad humana. Buscadores de ilusión
bajo la cúpula celeste, que al fondo de un paisaje incierto, en tenue cascada de
azules, funde en la bravura del mar, su silencio. Sueño de libertad hacia la fértil
tierra, donde usureros desalmados les han persuadido de que aquí fabricamos la
suerte.
A cambio de empeñarse la familia,
los tratantes de seres humanos les venden la aventura que, al otro lado de la
miseria, incita (desde un mundo artificioso que supervive pese al derroche) a
ser conquistado. Golosina adulterada por el consumo fascinante que desprende
cierto hedor a imperio falso. Pero el hambre, el fanatismo religioso o las
dictaduras bestiales, que persiguen a los honestos, obligan a buscar en el
primero de los mundos acomodo. En ese momento la historia comienza a ser escrita
por los traficantes de hombres, que fabrican las pateras del desastre, continuo
suicidio de gentes que ansían conquistar un futuro hacia la vida.
Apenas perciben en los vientos
del norte el aroma de la dignidad buscada, se ven atrapados por los embravecidos
dioses del océano, que los engullen dentro de su furia hasta hacerlos otra vez
hijos de la nada.
Ahí tenemos nuevamente en los
cementerios de la soledad que esta tierra cultiva, cientos de navegantes
anónimos, que embargados de esperanza vinieron un día hacia nosotros. Pobres
prisioneros de ilusiones que como pájaros sin cielo apenas pudieron ser libres
unas cuantas horas.
Pateras hundidas por las mafias
que temieron dejar rastros. Niños que lograron fijar un instante en sus ojos la
silueta de la costa y, escuchando el grito de libertad en el aire más esperado, se fueron sin que nadie lograse percibir
entre nosotros su presencia. Allí quedaron mientras borrachas de tanta lejanía,
las madres nos preguntan si los vimos partir hacia la ausencia.
Y extenuados llegaron otros que, al besar la arena de este farsante paraíso, descubrieron
de repente que aquí los extraños hijos de la nada tienen el valor de unos
papeles.
Publicado en el diario El Adelanto de Salamanca y en el de Zamora el 23.11.12
Publicado en el diario El Adelanto de Salamanca y en el de Zamora el 23.11.12
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