12 de septiembre de 2012

FRAY ROMUALDO FERNÁNDEZ FERREIRA



APOSTOL ZAMORANO EN SIRIA

J. M. Ferreira Cunquero


El misionero zamorano Romualdo Fernández Ferreira, es en estos momentos el único religioso español que queda en Siria. Cuando nuestra embajada en aquella tierra del cercano oriente conminó a todos los españoles a regresar a nuestro país antes de ser cerrada definitivamente, este ilustre hijo de la tierra alistana, de forma ejemplar manifestó que nunca abandonará Siria.

·         Es nuestra vida, y aquí está nuestra casa y nuestra gente. Los frailes franciscanos jamás nos iremos de Siria.

No debe olvidarse que San Francisco de Asís en el siglo XIII llevó a cabo uno de los primeros acercamientos del Cristianismo al Islam al entrevistarse con el sultán Malek-el-Kamel en Egipto. A partir de ese momento y viviendo todavía el santo se organiza la orden por provincias, constituyéndose por especial deseo del fundador de la orden la de Tierra Santa, por el significativo asentamiento que sobre ella tienen los Santos Lugares. Ya desde la fundación del primer convento en Jerusalén, los franciscanos cumplen la sagrada misión de testimoniar con su propia vida el humilde propósito de su entrega a los demás.
Actualmente trescientos frailes, nacidos en cerca de treinta países diferentes, posibilitan una pluralidad de culturas que ahondan y aúnan el gran objetivo misionero de la orden, que busca, en el acercamiento a otras religiones (desde la comprensión humana), la convivencia pacífica que es ejemplar en aquella convulsa zona del cercano oriente. Este bagaje histórico de la orden franciscana en Tierra Santa, a lo largo de ochocientos años, le ha dado un prestigio, que ahora, en Siria, pese a los duros acontecimientos que están dándose en el país, no puede ser quebrantado.
De fray Romualdo es lógico que nos interese, en este momento, su docta opinión sobre el conflicto que está asolando el país que él conoce como pocos:

·         Más que echar leña al fuego, sin conocer los trasfondos que motivan los enfrentamientos, lo que deben hacer las grandes naciones es ayudar al diálogo entre las partes.

Cuando hace estas afirmaciones, fray Romualdo deja ver su amor por una tierra en la que prácticamente lleva toda su vida. En sus gestos se denota una profunda inquietud por aquel país en el que el turismo religioso-cultural ha desaparecido y en el que la incertidumbre se extiende como una losa ante la dureza de los inquietantes acontecimientos. Pero es fácil advertir, en el experto misionero zamorano, una calma sobrecogedora y una seguridad palpable en que la esperanza hará posible que Siria encuentre de nuevo los itinerarios de la paz y la concordia como ya lo hizo en el pasado.
El centro de peregrinaje que él dirige, hasta no hace mucho daba acogida a los cristianos que, llegados desde todas las partes del mundo seguían las huellas de San Pablo. Posteriormente los huéspedes fueron los cristianos perseguidos de Irak y ahora en él se refugian los creyentes que huyen de las ciudades y pueblos sirios acosados por la violencia. Pero lo importante, en este momento para él, son los ciento cuarenta y cinco niños que acaban de comenzar el curso en las guarderías del Memorial, bajo los cuidados de nueve profesoras cristianas. Todo un ejemplo en la impresionante ciudad de Damasco, donde conviven, de forma admirable, las distintas confesiones religiosas.
En estos días Romualdo Fernández Ferreira recorre los entornos de Figueruela de Abajo buscando quizás algún resto arqueológico que refute o revele por donde discurría la calzada romana que iba desde Astorga a Braga. Pero mientras el silencio alistano se mece en ese océano de tranquilidad absoluta, el corazón de este fraile erudito se conforta al caer en la cuenta de que en escasas fechas estará junto a los suyos en Siria.
Al padre Romualdo (lo descubrí cuando recorrimos junto a él la tierra siriaca) le apasionan los restos bizantinos sobre los cuales ha editado diversos estudios. Su empeño es dejar para la posteridad sus concienzudas investigaciones sobre las ciudades muertas del norte del país, donde las huellas cristianas, antes de implantarse el Islam, fueron de extraordinaria magnitud.
Hace unos meses presentaba en Damasco su último libro sobre San Marón, aportando nuevos descubrimientos sobre la interesante vida del santo y otro trabajo, que será fundamental en la importante obra de este escritor-arqueólogo, está a punto de ver la luz en Italia, bajo el título Iglesias Sirias del IV siglo.
El zamoranismo alistano en fray Romualdo, pese a salir de Figueruela siendo un rapaz camino del convento de Chipiona, sigue vivo como una llama imperecedera. En su ánimo está fecundar en quienes lo queremos, el interés por descubrir las entrañas históricas que aliste guarda en las vísceras de las Figueruelas.
La preocupación, lógica por el devenir de los acontecimientos en Siria, nos depara cierta intranquilidad al acordarnos de fray Romualdo Fernández Ferreira. Más que su relevante opinión sobre la trágica actualidad siriaca, debería importarnos divulgar su actividad misionera y la repercusión investigadora de sus libros. Zamora debe conocer y agasajar a este hijo ilustrado, que desde la humildad franciscana más selecta, en Siria, es todo un personaje.
Publicado en el diario El Adelanto de Zamora 09.09.2012







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