10 de junio de 2024

 

Un día para la acción de gracias

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F. Javier Blázquez

José Manuel Ferreira ante el Cristo de la Humildad en barro | Fotografía: Pablo de la Peña

07-06-2024

El 15 de junio la Hermandad Franciscana clausura formalmente el presente curso. Lo hará con la sencillez que caracteriza todos sus actos, sin apenas ruido. Así se ha querido y así lo ha pedido el protagonista del día, José Manuel Ferreira Cunquero. De hecho, la palabra homenaje ha quedado descartada. Será una reunión con los hermanos, en torno a la celebración eucarística, en la parroquia de San Martín, presidida en el presbiterio, desde la cruz, por el Santo Cristo de Mayoral, el Jesús Humilde que recuerda permanentemente el desprendimiento de cuanto no es esencial, casi todo lo que nos rodea.

Después, en la fraternidad del compartir la mesa, la palabra que se repetirá una y otra vez será «gracias». El disparate de fundar una cofradía más (¡como si no hubiera suficientes ya!) con el objetivo de ayudar a los cristianos de Tierra Santa, convertida en una asociación vinculada a la Custodia de Tierra Santa, se materializó en muy poquito tiempo, prácticamente medio año, gracias al empuje y tesonería de José Manuel. Es lo que tienen los fundadores, el carisma y la fuerza de la convicción, la seguridad de que están haciendo algo importante y necesario. Él reunió el grupo que fundó y presidió las primeras directivas, fundacional y electa. Y la locura, el sueño inverosímil, consolidó y la Hermandad Franciscana es una más entre las salmantinas. La más pequeña, pero con unas convicciones firmes, las que implantó el fundador e inculcó a quienes le seguimos en este proyecto.

El objetivo de visibilizar Tierra Santa se ha conseguido. En Salamanca se asocian, como si fuera un mantra, Hermandad Franciscana y cristianos de Tierra Santa. Quienes siguen el fenómeno cofrade, y bastantes más, saben ya que existe la Custodia Franciscana y esta tiene como objetivo la salvaguarda de los Sagrados Lugares y el mantenimiento allí de las comunidades cristianas. Varias cofradías, parroquias y congregaciones, muchos particulares también, han confiado en esta hermandad como vehículo para hacer llegar sus ayudas a la Tierra de Jesús el Nazareno. Es una labor continuada de siembra para que los frutos vayan madurando poco a poco.

La Hermandad Franciscana ha cumplido ocho años y su fundador, igual que quienes le acompañaron en la primera directiva elegida tras cerrar la etapa fundacional, resolvieron hace un año dar un paso al lado. En una decisión muy poco habitual, creo que inédita, todos mostraron el desapego más absoluto y en bloque se pusieron al servicio de la hermandad. Es un gesto que debe ser reconocido y agradecido. Por eso ellos ocuparán especialmente, junto a José Manuel, un lugar preferente en el acto de clausura del curso.

Un acto en el que también estará muy presente José Adrián Cornejo. Dan lo mismo las circunstancias. Él va a estar, pues fue un personaje clave en la fundación de la hermandad. Entonces era el presidente de la Junta de Semana Santa y apoyó la iniciativa hasta el punto de hacerla casi suya. Y aunque nunca hubo trato de favor –sus exigencias, a veces desesperantes, algún día serán escritas–, siempre estuvo donde tenía que estar y su acción fue determinante, indicando cuáles eran los pasos a seguir y cómo se debía actuar. También a él la hermandad le tiene que estar muy agradecida y desearle todo lo mejor. El Señor de la Humildad es también el suyo, igual que las hermanas clarisas del Rollo, tan cerca del cielo que sus oraciones las escuchan siempre.

Será el día 15, sobre todo en San Martín cuando el sol esté en lo alto, según decían nuestros mayores. Será un día para dar gracias, a tantos que hicieron tanto.


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