Feliz Día a los fundadores de Proyecto Hombre Salamanca, con Manolo Muiños como raíz del todo en el aquel primer aliento fundacional.
18 años devolviendo a la sociedad un montón de seres humanos que encontraron el camino y las herramientas para salir del pozo, recuperando la dignidad necesaria para coger las riendas de la esperanza para siempre.
Ayer noche, Muiños decía algo que es fundamento en la familia de PH: La responsabilidad y la exigencia no está reñida con el cariño que os tengo, que os tenemos…
Mi cariñoso homenaje con mi reconocimiento absoluto (ya
escribiré sobre ellas) debe recordar a las 2 o 3 mujeres que se atrevieron a
ser las primeras voluntarias de noche, Fredes y sus compis, vivieron momentos
intensos, rebozados en el miedo a lo desconocido, pero cuando amaneció, se
sintieron felices y atadas para siempre a un proyecto humanístico, que hoy
sigue comprometiéndolas con la causa.
18 años en los que un sacerdote, me ha hecho vivir en directo la Palabra, reforzando mi querencia a una Iglesia que muchas veces no comprendo. Manuel Muiños puede tirar el reloj de las horas a la basura. Para él no hay horarios cuando alguien tirado en la calle, necesita ese café con sabor a intemperie y madrugada. Saber querer y darse es el lema que va inherente a su forma de vida, bajo el don de la palabra, que en él brota con auténtico sabor fraternal.
Felicidades a todos los que habéis hecho y hacéis posible que la familia de Proyecto Hombre en Salamanca, siga amamantando la igualdad y el respeto como norma. Felicidades por seguir haciendo el milagro de su trayectoria.
J. M. Ferreira Cunquero
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