El calmoso y cojitranco tren de Madrid
Contradicciones entre la impaciencia y la defensa del tren
Cada vez que tengo que sacar billete para el tren burra que cabalga por las llanuras de Peñaranda hacia Madrid, me veo obligado a meterme en vena unos cuantos litros de pacienciamina.
Oye tú, tres horas de tracatrán para recorrer 200 kilómetros, mientras recuerdas cuando se vendía a bombo y platillo la llegada del Alvia con sus venerables y exclusivas condiciones, entre cortes de cintas y músicas estilo Bienvenido míster Marshall.
Sí, ya sabemos que la bondad de la empresa nos ha dejado dos o tres artefactos ligeros entre esta sarta de trenes pasmosamente calmosos que nos han plantado en esta tierra históricamente pasota y complaciente.
Escribo estas letras dentro de uno de estos cacharros enrailados que, a paso de caracol, sigue examinándome en aguante y otras cosas que mejor no mencionarlas. Leer entero en...https://lacronicadesalamanca.com/344098-el-calmoso-y-cojitranco-tren-de-madrid/
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