CEREMONIAA DE LA LUZ

 


        LA MADRUGADA

Calles de Jerusalén

 

                                                   
 
Rompe la madrugada en cada paso

las últimas consignas del silencio.

Las calles desiertas ya no acogen

la multitud en sus contornos

mientras un rastro de cruz ensangrentada,

deja en la estrechez de sus espacios

el lento esbozo de su paso.

 

    Tierra Santa me bautiza

    con el íntimo afán que me seduce

    al contemplar en los pómulos del amanecer

    extendida como ofrenda la llamada.

 

   Rozo las paredes de tanta ausencia recogida

   mientras trazo el abrazo que destila

   las sugerentes perspectivas del regreso.

 

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