10 de marzo de 2024

11M y el rédito de aquellas y de estas mentiras

 Artículos periodísticos

10.03.2024

Foto: jmfcunquero


A todas las víctimas de la tragedia, a sus familias

 y a quienes se dejaron la vida dándose desprendidamente

 como voluntarios o en el ejercicio de su deber público,

 mi total reconocimiento. 

 

Vaya por delante que los únicos culpables de cualquier masacre terrorista, no pueden ser otros que quienes aprietan el botón para destruir la vida de cualquier ser humano.

Pero el 11M, aquel 11 de marzo inolvidable se nos clava a todos los españoles de bien, en el corazón de las sensibilidades más incisivas cuando arañamos con verdad las paredes de la memoria.

Lo lamentable es que, en esta fecha recordatoria de la catástrofe, se me abre en forma de triste recuerdo, el sentimiento de abandono que la clase política establece para poner sus intereses por encima de los que pagamos los cohetes de todas las fiestas, incluido el musical colofón de la verbena parroquial de fin de curso.

En aquel momento trágico, sentí que estábamos a merced de beneficios ocultos que manejan a su antojo y conveniencia quienes solo deberían existir para servirnos. Hoy percibo la misma sensación cuando siento que no es fruto de mis pesadillas o sueños dalinianos, esa amnistía dictada y programada por un delincuente, bajo la necesaria colaboración de quienes necesitan una ridícula cantidad de votos para mantener el momio. Da igual cualquier dictamen o sentimiento, frente a la maquinaria del poder, cuando este puede dictar a su antojo decretos, leyes y resto de menudencias.

Puede venir de cine este 11M para tapar con el recuerdo la opinión pública decepcionada con este gobierno. Sí, aprovechar la trágica efeméride con programas televisivos bien diseñados para cubrir la apreciación generalizada sobre los caprichos presidenciales, puede tapar de momento, solo de momento el cocido, pero al final brotará por algún lado de la cazuela, en forma de olor pestilente del repollo.

Pero cuando la bancada de enfrente trata de justificar aquella nefasta actuación ante los criminales hechos de Atocha, buscando amanerarnos el recuero, se te revienta el ánimo, la decencia y hasta la febril evocación estornuda verdades claras y firmes sobre los momentos posteriores del acto terrorista y criminal. Y vuelves a ver con caras de auténticos gilipollas, cual charlatanes de feria a los ministros que en aquellos días necesitaban preservar la silla, turbados al presentir que se podía venir abajo, la que había sido más que previsible victoria electoral de Rajoy y sus mariachis.

Aquella tarde, no necesité que nadie pusiera al ministro del ramo de la cosa trágica un detector de mentiras en los huevos. Me bastó verle el careto de trolas que vestía, para anunciar a los cuatro vientos entre amistades y allegados, que ETA no tenía nada que ver con aquel sainete que el PP seguramente bajo la dirección de Aznar estaba interpretando.

Habría sobrado toda la campaña socialista en aquellas elecciones, para llegar al poder. El partido principal de la derecha española, le había servido en bandeja a un sorprendido Zapatero las llaves de la Moncloa y el gran problema de salir con premura a cazar con lazo a ministros, secretarios y asesores.

El precio de aquella mentira, -creo que tienen razón algunos analistas- lo seguimos pagando actualmente, pues la sociedad por aquellas fechas seguramente inició el primer tramo del recorrido, que nos viene trayendo hacia los terrenos donde se instala el gran circo del disparate y la confrontación social.

La metedura de pata de todo el PP en aquel 11M y en los días posteriores, es histórica, real y comprobable, pero que este PSOE trate de utilizar aquella gran mentira en estos momentos, cuando no hay suficientes silos para guardar las trolas de un presidente enrocado en sus recintos moncloinos, da pavor. Un presidente que ha establecido el embuste como patrimonio de una izquierda irreconocible, que pagará facturas y consecuencias cuando llegue la hora de la verdad en las urnas.

Menos más que nos quedan los cercanos círculos izquierdosos que nos redimen cuando compartimos la palabra, tratando de afianzar el criterio,de que no nos hace falta carnet ni consigna alguna, para seguir pensando como tipos libres que no serán abducidos jamás por la derecha, ni maniatados por una izquierda de salón, moqueta y coche oficial, que abandonó el Sahara y a sus gentes para ocuparse de dictar leyes que mantengan la mamandurria de su propia casta.


7 de marzo de 2024

VOLVEMOS AL CICLO CULTURAL DEL COLEGIO DE MÉDICOS DE SALAMANCA

 Con gran satisfacción anunciamos que VOLVEMOS al CICLO CULTURAL DEL COLEGIO DE MÉDICOS de Salamanca. 

VOLVEMOS a la POESÍA. 

VOLVEMOS para narrar y recitar LA GRAN AVENTURA poética de un poeta zamorano y salmantino: LEÓN FELIPE. 

Martes, 12 marzo - 19.30 horas

ENTRADA LIBRE 



19 de febrero de 2024

En nada, el pregón de Ana Hernández

Artículos periodísticos

Cristo del Amor y de la Paz. Pregón S. Santa 2025- Foto: Manuel López Martín



19-02-2024

J. M. Ferreira Cunquero

 

Ya no queda nada para percibir los olores a cera. Nada para disfrutar de las esperadas músicas cofrades y ver cómo las figuras de la Pasión dejarán sus siluetas policromadas de sombras, por los orfebres lienzos salmanticenses. En apenas nada -qué pronto cabalgó el año a lomos del tiempo- comenzaremos a oír los sinfónicos y ruidosos contrastes de siempre en forma de hogareñas alabanzas o mordaces críticas al uso.

El reproche o el halago surge de esa exposición pública que, como tal, ha de someterse al juicio crítico, dada su propia promoción existencial en los espacios callejeros. Espero que no haga falta explicar a estas alturas tan internacionales entre fomentos político turísticos, propagandísticos y fotográficos, que una cosa son las procesiones y todo lo que representan sus signos religiosos, culturales y teatreros y otra las oscilaciones personalistas que dan estridentes notas entre vanas ignorancias y paupérrimos despropósitos. Ese sello de las buenas intenciones, no puede acomodar, por mucha tinta que lleve el moje, los deslices que trastocan y vulneran en algunos casos la observación de estatutos, reglas y resto de normativas. Claro que para pasar a la historia han de fabricarse, como si fueran pirulís pegajosos, las ocurrencias que catapultan a los intrépidos, aunque sea por un instante, al cosmos del estrellato.

Pero, pese a estos yerros y aciertos, deseosos estamos de vernos en el acto del pregón que servirá para que Ana Hernández corte la cinta inaugural de la semana pasional salmantina en el Liceo. Creo que nadie pondrá en duda la acertadísima elección de esta pregonera, que fue protagonista hace algún tiempo de las retrasmisiones televisivas de nuestras procesiones.

En aquella furgoneta, con los medios técnicos muy lejanos a los que hoy presiden ese trabajo portentoso de la TV 8 Salamanca, Ana fue capaz de conquistar con su esfuerzo el corazón del mundo cofrade. Como vivimos las retrasmisiones en aquel prieto espacio compartiendo algunas horas, podemos testificar aquel cariño con el que la locutora se volcaba en lo que hacía, para lograr, creo, un trabajo que pronto comenzó a captar la atención de miles de espectadores. Y, a su lado, no hay que olvidar a los magníficos técnicos que solventaban, a veces por medio de posibles magias ocultas, los inesperados problemas del directo.

Como digo, muy acertada esta elección, pues en cierto modo nos sirve a todos los semanasanteros para agradecer, como ya lo hicimos con Paco Gómez, esa labor tan importante que ha venido realizando la televisión local, nuestra televisión, por trasladar a todos los hogares del terruño las imágenes en directo de nuestras procesiones.

Después me acomodaré en el sosiego, desvestido de responsabilidades, embargado de emoción al tornar a San Martín, donde el Sábado de Pasión trataremos de fijar nuestros objetivos en las virtudes franciscanas, mientras vayamos por las calles salmantinas, recordando a los hermanos que mantienen viva en Tierra Santa y en otros lugares, pese a todo tipo de persecuciones e injusticias, la antorcha de nuestra fe.

Publicado en la revista Pasión en Salamanca:https://www.pasionensalamanca.com/2024/02/en-nada-el-pregon-de-ana-hernandez.html

 


12 de febrero de 2024

Me da tanto asco este asco, que me asqueo asquerosamente

 

  Artículos periodísticos


Foto: Phil Evenden

 J. M. Ferreira Cunquero


Tiene que ser la releche condensada, como gozo indescriptible, para que tipos que pueden ganarse la vida, por estar encuadrados en profesiones cotizadas en los más altos niveles económicos, se agarren al palco del gobierno, sin darle importancia a poner en venta su propia dignidad.

Puede entenderse que, aquellos que no han cotizado ni medio día a la Seguridad Social, no suelten la chirimoya del momio ni aunque los metas en una tinaja de salmorejo caliente.

¿Pero qué ha pasado en este país? ¿Cómo es posible que la ambición de un tipo que se ha agarrado al chollo moncloíno como una lapa, sea asumida, defendida y halagada por una montonera inaudita de compis proclives a vender ya lo invendible?

Lo de la amnistía es de nota calificativa, como un claro despropósito frente a todo tipo de informes, opiniones y, sobre todo en contra de lo que pensamos quienes parece ser que solo servimos para espantar los pájaros con nuestro voto en la tierra de nadie.

Y mientras tanto un delincuente y sus secuaces gobiernan y desgobiernan este país a su antojo, escacharrándose de la risa que le proporciona, parece  ser, nuestra democracia. Cuatro amigos en racha, manejando cual si fuera una feria a todo un gobierno.

Delincuentes que dictan sus propias normas para salvar el pellejo, mientras dejan en evidencia que aquí lo de la igualdad solo sirve para esa casta política privilegiada, que nosotros, como dueños del invento, permitimos.

El barullo socialista vendrá cabalgando en el futuro cercano, cuando se descubra la rajilla de las urnas y ya no traguemos más trolas quienes todavía pensábamos que la izquierda de salón y pacotilla era lo menos malo del panorama electoral que se nos presentaba.

El Sahara, en muchos casos, será una inmensa pancarta para muchos españolitos a los que nos dará por recordar el pasado reciente. Sí, el de la memoria histórica de hace cuatro días, la que jode y revienta tanta mentira embotellada, en apariciones televisivas trajeadas y postureos ridículos que siguen retratando al presidente más presidente de todos los presidentes, junto a sus ministros, ministras, ministres y ministrus.

Lo de Podemos, por encima de todo, es como un dolor irresistible en la tripa democrática. Que, quienes fueron alzadas a las cúspides del poder, hayan traicionado a quienes les regalaron el asentajo de la alta política del momio, es de vómito y extremaunción vitalicia. Me pregunto cómo le dolerá la rabia más interna a Pablo Iglesias (el de ahora) repasando sus propias meteduras de pata a la hora de regalar su confianza a quienes pronto afilaron los cuchillos en la piedra del desagradecimiento.

Tengo claro que, a partir de ahora y mientras dure mi apática presencia en los recintos electorales, votaré contra, contra y contra. Jamás volveré a confiar en quienes solo viven para mantener los púlpitos del poder, a costa de lo que sea, con todos sus privilegios.

24 de enero de 2024

Ángel María de Pablos, gracias, por ser quien fuiste

 Artículos periodísticos

 

24-01-2024

                   
Era la voz poética de aquellas vueltas ciclistas a España, únicas e irrepetibles, en las que la poesía en forma de descripciones sentidas con el corazón, nos hacían ser parte de los paisajes o monumentos que se mostraban en la pequeña pantalla.

Fue ilusionante aquel primer encuentro, que sirvió para echar lazadas de amistad y rúbricas de proximidad. Un encuentro que tuvo ya en su desnudez la empatía y toda la admiración que he profesado a este hombre, que vestía el traje de la bondad y un don de gentes que nacía de forma natural en sí mismo.

Nunca podré olvidar aquel recital poético que inauguraba uno de los cursos literarios de la Casa Revilla de Valladolid. Aquella presentación que Ángel María hizo de mi Refugio para el Grito, la recuerdo como un gesto de cariño, que aún me ensimisma en la añoranza de querer escuchar en su voz, la música de los elegidos.

No hubo distancias entre la amistad que fue fortaleciendo mi admiración, durante estos años hacia quien sin duda alguna nació para amar la vida.

Y ahí están sus versos ahora recuperados, en los libros que a modo de antología reunió gavillas poéticas de diversos autores que tuve el honor de promover y coordinar, bajo el patrocinio del Ayuntamiento de Salamanca.

Cómo olvidar nuestro último reencuentro cuando tuve otra vez el honor de vivir a su lado la presentación de mi novela Casa Baja en la Casa Museo Zorrilla, en la ciudad que tuvo la fortuna de cobijar sus pasos por los trayectos culturales, donde quedará de forma permanente su huella, para dejar rubricado con el sello de la eternidad, la remembranza de los hombres buenos.

El corazón, hoy, en este enero rabioso de actualidad controvertida, se pierde por la ciudad del Pisuerga, deseando ser en los estribos del viento, solo una oración que pueda describir mi agradecimiento a la vida, por brindarme la gran fortuna de haber conocido, compartiendo la palabra, a Ángel María de Pablos.

 

19 de enero de 2024

LA TERTULIA

  

Artículos periodísticos



 19.01.2024

Ando estos días divagando sobre cómo formar una asociación cultural, que se salte a la torera todos los trámites burocráticos que pueden suscitarse a la hora de formalizar estos grupos altruistas. Pasar de formularios y estatutos, saboreando el riesgo de que algún “pelanas” obsesivo nos denuncie por no haber registrado nuestro nombre como es menester en los organismos oficiales pertinentes, o por no dar cuenta de quienes dirigen el cotarro o el proyecto de intenciones que se pretenden alcanzar.

¿Cómo decir que nuestra actividad más intensa sería la de poner a caldo a quien nos plazca? ¿Cómo argumentar que formaríamos una tertulia sin límites ni prejuicios a la hora expresar nuestro promiscuo deseo de chanzas y jolgorio?

Nuestras reuniones serían un simple avituallamiento para seguir tirando con cierta dignidad, en estos días tan confusos, finalizando la semana. Por eso nos declararemos a conciencia unos clandestinos irreverentes proclamando nuestro derecho a no dar cuenta a nadie del trajín que nos montemos, cuando el vino moderadamente nos ubique en ese mundo bucólico que puede proclamar a veces cualquier asunto libertario.

No nos iría el papeleo ni esos sellos oficiales color azulado “falangista”, ni tendríamos intención alguna de amparar en estrictas legalidades lo que puede conseguirse de sobra -a Dios gracias- en este estado de derecho. Incluso el virus tertuliano nos motivaría cada vez con más impulso a valorar la humana actitud incongruente de tantos amigos que vedadamente suplen con fervor a nuestros más encarnizados enemigos. Pero para eso estaría la risa, el caldo de Rueda en una dosis justa, fabricándonos milagros y jolgorios que misteriosamente, estoy seguro, nos desenredarían la palabra.

Por reírnos nos reiríamos incluso de nuestra sombra “pendeja” cuando se ofusca ansiando perderse en los azabaches nocturnos que prodiga la ciudad a deshoras por las calles, y cuando terco el silencio taconea en el tablao dorado de estas piedras.

Seríamos tan radicalmente contrarios a la norma que, saltándonos los horarios y rompiendo las estrictas fechas que pudieran empujarnos a reunirnos, lograríamos por fin hacer algo diferente.

Para que nadie pudiera inventarse el dominio o el ansia de romper por una miaja de cargo la estructura, rechazaríamos nombramientos y todos los galones que por ahí andan atolondrando de tal forma al personal, que hasta miedo me produce reconocer esta andadura irreverente con la ley, cuando hay mentecatos que amenazan en la sombra, eso sí, como gallinas, inventándose “chiripitiflaúticas” rutas del derecho.

Hacen falta nuevas organizaciones, que aticen el puchero contestatario que apacigua sobre la leña bobalicona esa montonera de políticos, que viven para conseguir que la temporalidad de sus cargos se convierta en perpetuo sostén de sus caprichos.

Nuestra asociación prohibiría la entrada a quien busque asomar por encima del cuello la cabeza o a quien intente vender la mercancía personal pretendiendo ir hacia la gloria. Que ya estamos hartos de tanto medrador incompetente y de tanta ralladura pelotera en torno a quienes ostentan de momento el poder en estos días y de esos tracaleros que presumen de haber hecho un curso de izquierdismo en un despacho.      

En mi deseo está que se afilie un buen tertuliano que pueda recordar mejor que nadie al irónico Quevedo, y algún otro que lograra ridiculizar al sabiondo Espasa diccionario, para poder decir que en esta Salamanca el saber afamado de su nombre aún sigue, aunque en contadas molleras, cabalgando.

Nuestra tertulia, -ya digo- cualquier día de estos, cuando nos venga en gana…

Publicado en El Adelanto de Salamanca, el 1 de  febrero de 2007, en mi columna, "El cajón de los ruidos".

 

16 de enero de 2024

4 de enero de 2024

Aquellos Reyes Magos

 Artículos periodísticos

Adoración Reyes Magos. Basílica de Belén. Foto: J. M. F. Cunquero


04.01.2024

La cara de tontainas que se nos quedaba a algunos chavales por aquellos años de la escasez era de época, cuando al día siguiente descubríamos el galimatías que habían montado, como de costumbre, aquellos Reyes Magos que, posiblemente por padecer un trastorno mental por tan complicado viaje desde el oriente, confundían u obviaban nuestras desafortunadas pretensiones jugueteras. Nunca estuvieron a la altura de aquel ritual que nos hacía poner los únicos zapatos que teníamos en la ventana, sin importarnos el frío que nos punzaría las extremidades al día siguiente después de haberlos dejado toda la noche al sereno. No me digan que no es para dedicarles este recuerdo de desagravio a los tres monarcas, que nos amargaban la mañana de Reyes a los mismos rapaces siempre, insuflándonos un trauma tal que, al menos un servidor todavía precisa recurrir a esporádicos tratamientos de reciclaje por estas fechas.

No creas, amigo lector, que me tomo a broma este asunto. Mucho menos cuando estamos atrapados en este mundo capitalista, donde el derroche promociona la insatisfacción de los más débiles, en ese proceso destructor del caudal afectuoso y del ingenio que debería fomentar la noble y necesaria fantasía en los niños.

Seguro que la decepción que sufren en estos días algunos de los más pequeños, al no conseguir lo que esperan, es más peligrosa que la que sufrimos las criaturas de aquel periodo, en el que la imaginación era un remedio para todo tipo de carencias.

La publicidad engañosa multiplica las consecuencias inevitables  que promocionan el escaparate televisivo, cuando bombardea el hogar buscando la manipulación de las estructuras mentales de los espectadores infantiles.

A esta patología crónica del afán consumista no somos ajenos quienes ostentamos la responsabilidad de establecer una moderación en la conquista de las cosas innecesarias, haciéndonos copartícipes del invento cuando buscamos el placer indescriptible de esa sonrisa mecánica que dura en un niño poco más de un minuto. Por otro lado, nuestra paciencia de cristal es tan frágil ante el pataleo enrabietado del niño, que éste ha acentuado su experiencia como gran psicólogo familiar, sabiendo amargarnos en el momento más oportuno la fiesta.  Estos y otros aspectos, son los que fabrican el carburante que va alimentando el círculo más viciado del consumo.

Por supuesto que la hermosa tradición española de los Reyes Magos no es la culpable de haber construido ningún tipo de patrón o comportamiento deleznable. La única culpa de este despropósito del despilfarro lo tiene la sociedad hipócrita que sigue empeñada en fomentar la creencia de que la felicidad puede conseguirse a través de la adquisición de los superfluos bienes materiales.

Los niños, al ser ajenos a esta estructura social que prefabrica ilusiones a la carta, no deben sufrir en ningún caso las consecuencias de tal entramado socioeconómico destructivo.  Por ello, debe ser muy doloroso percibir en el seno familiar una carencia económica en estos días, en los que no dar una respuesta a la demanda reivindicativa de los más pequeños puede introducirnos en una problemática de difícil solución. No debe cabernos la menor duda de que, a parte de intentar la moderación consumista educando, debemos compartir lo que tenemos, con la esperanza de que ni un solo niño se quede sin juguetes.

Un niño nunca podrá comprender la razón por la que los Reyes Magos se alejan al pasar por su casa y de eso, ya digo, entiendo un rato largo…

 Publicado en el diario El Adelanto de Salamanca el 04.01.2007

 


 


21 de diciembre de 2023

Al otro lado de la Navidad

Artículos periodísticos


Foto: jmfc
 21-12-2023

Estas fechas tan entrañables para el reencuentro, nos motivan a desearle a todo el mundo salud y felicidad, adornándonos con palabras que pueden hacernos suponer que todos somos repentinamente felices y buena gente. Sin embargo, estos días no cambiarán realmente las cosas, pues el espíritu navideño, no es más que una diminuta tregua que viene a endulzar cíclicamente de una forma ficticia nuestra moldeable conducta. Puede pasar, incluso, que montemos un escandaloso follón en plena cena, si a la cuñada respectiva le da por reiniciar la conversación en el punto que terminara la del año precedente, cuando le pisamos el orgullo en aquella bronca que nos aderezó el tintorro de buena vid.

Pese a estas anécdotas que no van más allá del puro trámite en cada final de año, existe otra Navidad profunda que suele helarnos la blandura del corazón por estas fechas. Desgraciadamente sólo por estas fechas. Esa Navidad soporta ruidos de sables en tenebrosos cuarteles donde al hombre le siegan la palabra o perseguida la conciencia le trituran la poca dignidad que aún pueda quedarle. Navidad en los mugrientos antros donde los jóvenes de cartón ansían inyecciones urgentes de soledad y miseria. Navidad en las tierras donde ha clavado sus aguijones injustamente la guerra para que infelices los niños se doctoren en más odio. Navidad en las enmoquetadas oficinas donde empurados y decentes los dueños del mundo, esbozarán los proyectos cual trampas que cercan y cazan si falta hiciera, con el dolor del hombre, el beneficio ansiado. Navidad de solitarios viejos que sin compaña alguna se nos mueren entre maletas repletas ya solo de recuerdos. Navidad en las pateras que llegan limosneando a la costa la ficticia ilusión del consumo. Navidad en los ajados rincones donde al hombre torturado le sellan el grito o la hambruna resuelve sin corazón el final de la vida.

La Navidad consigue por sí misma en certeros instantes, silencios únicos que acogen el tañir de invisibles campanas que existen en los poblados que habita con intensidad la tristeza. Campaneros los pobres más pobres menean badajos misteriosos con ahínco, intuyendo que en estos días nuestra occidental compostura es proclive a reconocer nuestra erudita hipocresía. Seguimos nutriendo un amplio currículo de masacres humanas que refrendan nuestro estado permanente de locura.  

La Navidad horizontalmente alarga un eco interminable que pregona por todos los confines el dolor de las madres que abrazan, a los hijos más fríos, que haya helado jamás con su aliento la muerte. Y así la mesa de los hombres de bien en Navidad, es un símbolo que al menos pone en el abeto visceral de lo que somos, momentos que abren con cierta verdad, las ventanas paisajísticas de los lugares ajenos.

Son estas, fechas que remarcan en su orla peculiar el olor de la ausencia y ese condimento que podría sazonar nuestra razón, con la fuerza real que exigiera a quienes ostentan el poder en nuestro nombre, que expandan y refuercen, el compromiso de lucha contra cualquier signo miserable que establezca la injusticia. Deberíamos adornar el nacimiento de la vida con algo más que este incienso ficticio de esperanza. Esta borrachera de consumo que nos ata al ciclo navideño, quizás sea el vendaje que nos teje el sistema político social, para que nuestros ojos no puedan visionar el gentío que deambula, preguntando por nosotros en los lugares perdidos, donde se hiela el sueño frágil del hombre.

Pero también la Navidad auspicia el calor familiar que nos reúne y nos abre las páginas de tantos avatares y vivencias, que la nostalgia nos muestra, mejor que nunca, en estos días, lo endebles que somos en las manos del tiempo.

Publicado en el diario El Adelanto de Salamanca el 12.12.2005


 


15 de diciembre de 2023

HACE OCHO AÑOS FALLECÍA EN SIRIA FRAY ROMUALDO FERNÁNDEZ FERREIRA

 

Fray Romualdo. Crac de los Caballeros. Siria 



Tal día como hoy, hace ocho años, nos llegaba la noticia de que Romualdo Fernández Ferreira, se había ido al encuentro con el Padre, en el país que fue el suyo desde el primer encuentro que tuvo con Siria, poco antes de que comenzase la Guerra de los Seis Días.

Durante su larga enfermedad, los franciscanos de Tierra Santa nos hicieron saber que sería enterrado en Siria, pues antes de someterse a la sencilla operación que fue la causante de aquella desgracia, había dejado dicho que si le ocurría algo, quería dejar su cuerpo en aquella tierra que era la suya para estar eternamente junto a quienes había amado durante tanto tiempo.

El legado de fray Romualdo aparte del cariño permanente que guardan desde el recuerdo quienes le conocieron, tanto en Siria como Líbano, Jerusalén y Egipto, son sus estudios sobre el arte bizantino sirio.

Ahí quedan sus publicaciones junto al ejemplo de un hombre bueno que nació para amar a los demás desde el carisma franciscano.

De la gran fortuna que tuvimos al recorrer Siria junto a él, quiero recordar aquella tumba que nos mostró en el desierto, cerca de los pueblos cristianos muertos de los primeros siglos de nuestra era. Una tumba de la época de Cristo, oculta tras un montón de secas espadañadas y zarzales. Junto a otro fraile español aquel descubrimiento lo tenían resguardado en 

fase de estudio. Después darían cuenta al gobierno del hallazgo, para que se hiciese con él lo que se estimase oportuno.

Hoy nuestro Romualdo, será recordado en la misa de difuntos de la Hermandad Franciscana del Santísimo Cristo de la Humildad, como grano o simiente de lo que esta institución salmantina preconiza y difunde como alma de su fundación: Estar cerca de los cristianos de toda la Tierra santa, por medio de la Custodia Franciscana, a la que fray Romualdo perteneció desde que prácticamente era un chaval en su Figueruela de Abajo.

 

 

9 de diciembre de 2023

Para llegar a la izquierda, tire a la derecha

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 jm ferreira cunquero  

09.12.2023


Estos izquierdistas de salón, que se creen únicos, intocables y sobre todo portadores de la única verdad posible, hacen llorar, más que de risa, de una especial tristeza, porque huelen a casta y a todo lo que criticaba y despreciaba aquella hermosa movida del 15M que al final sirvió para ser aprovechada por los más listos de la clase.

Ahora resulta que Alfonso Guerra, por decir lo que razona su privilegiada mollera, es un facha de tomo y lomo y como él todos los que pensamos y podemos rebatir con firmeza los ocurrentes enredos de esta izquierda oficial sedienta en las altas jerarquías de mansión, poder, moqueta y chófer.

Tirar de las hemerotecas para cazar a un presidente mentiroso, sin escrúpulos para tapar sus trolas, con toda la metralla indecente de cambios de opinión a la carta, es darte cuenta de que su apostolado mesiánico ha calado en las huestes que siguen su estela, bajo la premisa de creer ser dueños y señores de un pensamiento único que ansían expandir a velocidades estratosféricas por todo el suelo patrio.

Así se fabrican las justificaciones que defienden una amnistía que desparrama, como colgajos nauseabundos, su recorrido por los indecentes senderos que han acomodado la ley solo para defender las llaves del palacio que prestamos cada cuatro años al necesario inquilino (en esto ni la menor duda) gracias a las urnas.

Cuando esta izquierda oficial ve que el gentío que forma parte de la inmensa mayoría silenciosa no traga con el apaño, empieza a expandirse el propagandeo cutre con la intención de reforzar sus criterios, tratando de defender la nómina y el privilegio a base de vaselina y un carrusel de humaredas que buscan distorsionar sus pobres patrañas.

Da asco pensar que alguien pueda manejar el poder y la influencia de sus cinco votos separatistas para salvar su pellejo de la trena, mientras rezuma su hedor a derecha rancia y a oculto delincuente en el maletero de sus propias fantasías. Más asco da sentir cómo has sido engañado en las urnas por quien creías que jamás se mearía en la Carta Magna como lo ha hecho.

¿Dónde está el poder del pueblo, cuando una decisión controvertida como la que nos ocupa, solo se somete a votación ante los afines colegas del partido?

Cuando levantas la mano o la palabra para expresarte en libertad, como lo hicimos en tiempos de Suarez, Calvo, Felipe, Aznar, Zapatero o Mariano, aparecen en los púlpitos de la casta los predicadores con la biblia de sus sandeces, tratando de introducirte en el saco de los silencios con todo tipo de amenazantes patrañas.

El caso es que un tipo que está huido manda, rige y maneja el guiñol sobre el escenario del teatrillo nacional, haciendo su agosto gracias a un tipo que da lo que sea (aunque no sea suyo) por no abandonar el gueto moncloíno.

La derechona nacionalista catalana (esto jode, pero es la verdad) se ha hecho dueña del cotarro, pues, como gran parásito vividor, ha podido adherirse a los blandos cataplines de un ¿doctor? llamado Sánchez.


5 de diciembre de 2023

El niño que va por dentro

 

El niño que va por dentro

La estación de San Pedro de las Herrerías. Fotografía, Esther Ferreira Leonís.
 
 
 
 
 

Aquel niño endeble devorador de tebeos sigue existiendo, sin crecer, en lo más profundo de mis escasas pertenencias. Niño de plazas, rincones y calles, de escuela barracón, donde un maestro inmortal logró enamorarlo de la magia que guardan en sus desvanes las letras. Un niño que se esconde vestido de timidez con temor a ser reconocido en este tiempo convulso que ampara tormentas de soledad y de prisas.

Niño que agarrándome de la mano me traslada a los tiempos remotos del queso americano, el pan duro pringado en aceite y a un antro de tercera clase que, entre maletas de cartón, maquillaba, bajo la tenue luz de una bombilla gastada, con cierta ternura, aquellos rostros vestidos de bagajes y sufrimiento.


Como una ceremonia anual, sobre un borrico, rememoro andaduras por la Sierra de la Culebra mientras a pie recorrían aquella eterna kilometrada mis padres, el tío Justo o el cunquerón primo Manolo, cuando nos llevaban a la estación de San Pedro de las Herrerías para coger el maravilloso y espectacular tren de Madrid.

Por eso de repente caigo en la cuenta de que aquella estación, que era centro referencial de los pueblecitos alistanos colindantes, no sé a causa de que enfermedad, sufrió la agonía inevitable como tantos otros municipios de la España ¿vaciada?


Me niego a llamar vaciada a esa zona donde malvive atragantada de tanto olvido mi gente y los escasos vecinos que en otros lugares patrios permanecen como héroes numantinos, defendiéndose del cerco o marcaje que levantan políticos tragaldabas e inconsecuentes que, a base de ignorancia, desfachatez y mucha negligencia dan una de las notas más discordantes de este tiempo.


Recuerdo llegar a la fuente que linda con el que fuera campamento juvenil, -muy afamado entonces- y beber aquella agua que según decían los lugareños era la mejor de toda la sierra. Pero en aquella ceremonia o ritual del bendito e inolvidable trayecto, trascendía en las ilusiones infantiles como colofón del festejo veraniego, aquella humareda del tren que llegaba dibujando fantasías, que ahora mismo, cerrando los ojos cansados de edad, me hacen subirme a los regresos, para disfrutar con raza de niñez casi estrenada de aquellos duros bancos de madera, mientras un traqueteo, ungido de lentitud, sigue con mimo acunando la inocencia.

Y entre brumas el niño trata de huir del almacén de las añadas, dejándome en la queda estancia de esta estación que ahora, en soledad, peinando abandonos, es solo vestigio de otra época que se desplomó por los precipicios del progreso. Miro los raíles ferroviarios mientras se acerca, como un águila presta a cazar su presa, esa AVE que se come los kilómetros a velocidades impensables en aquellos años en que sus negruzcas abuelas humeaban cansancios llenos de vida.

El AVE llega, pasa y se va, dejando que el silencio pasmoso cubra estos entornos, mientras las cenizas visten de luto esta parte de la Sierra de la Culebra, como recuerdo de la catástrofe que se cernió sobre una zona natural única, que dejó en pelotas una vez más la política que todo lo cubre con su lenta y evidente ineptitud.

Cuando abandono la estación de San Pedro de las Herrerías, ese niño, entre humeantes vapores, se asoma a la ventana del tren gallego, intentando, otra vez, sin conseguirlo, despedirse de mí para siempre.

¡Que viene la derecha!

 

¡Que viene la derecha!

Juan Lázaro / ICAL. El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, preside el Comité Federal del Partido.
 
 
 
 
 

La red ferroviaria de interés general del Estado no se puede transferir”. ¡Oye tú!, que lo decía hace nada una de las super ministras de esta era, donde la jartada de trolas y tomaduras de pelo alcanza una cima histórica que deja en ridículo al propio Fernando VII.

Claro que lo de la imposible amnistía con la que Sánchez daba sus últimas promesazas electorales, supera todo lo que ni en una pesadilla de terror podíamos imaginar los tontainas como mi menda, que dábamos por seguro que la Carta Magna en sí misma alzaría una barrera inexpugnable que pondría límites a las intentonas independentistas en seguir mofándose del pueblo patrio.


Pero hete ahí que Pedro “el galimatías”, ha ido reformando las trastiendas del poder con lentitud, pero con acierto, con sobrado acierto, para que todo encaje a la hora de meternos por la rebotica de los pupusitorios el colofón de su ensoñado disparate.

¡Que viene la derecha! Era el cántico de la coral socialista y al final, mira por dónde, es verdad, ha llegado la derechona catalana liderada por un delincuente incomún para manejar el tinglado político teatral a placer. Un delincuente que se ha convertido en el novio de este bodorrio o conmemoración del dislate.


La pregunteja que ronda por las cabezas libres en estos días de zozobra, es qué ocurrirá cuando, dentro de cuatro fechas, nos monten otra víspera de fiesta con la matraca de la independencia total de Cataluña. ¿Alguien creerá al ¡¿doctor?! Sánchez cuando nos prometa que tal cosa es imposible?


Me decía hace unos días alguien que luchó en las barricadas de lo imposible, cuando uno se jugaba el pellejo en la dictadura franquista, que lentamente sentía cómo muchos izquierdistas de los que aún aderezan en sus molleras cierto sentido común empezaban a mirar a la derecha pepera con cierto aprecio. Otro colega que anduvo en los entramados clandestinos de los sesenta acaba de decirme que solo nos queda (manda huevos) el PP, para defender la Constitución y esta democracia que conseguimos con demasiado esfuerzo todos los españoles.

Aludir a las necesidades de España para camuflar los caprichos presidenciales de un individuo que ha demostrado ser capaz de alinear en sus tesis a todo un partido, realmente da pavor y cierto canguelo. ¿Hasta dónde será capaz de llegar quien, bebiéndose sus propias mentiras, es capaz de apalear la Constitución, como delatan claramente los jueces no afines a las tercas teorías del emperador de la Moncloa?

¿No permitir que gobierne la derecha? ¿Qué derecha? Miedo dan esas palabras, terroríficas palabras, que las venimos escuchando cual si fuera la coletilla de una panda de voceros de la mofalla bananera.

Con este ¿doctor? en las artes del funambulismo político cada vez más cutre, comienza a dar pánico pensar lo que guarda su mollera para evitar que la derecha y la derechona patria puedan arrasar en las urnas, cosa más que previsible ante el chafardero espectáculo político que estamos inaugurando estos días y que no es difícil entender que se proyectará en sesión continua durante un largo periodo de tiempo en las mejores y educadísimas salas afines al cotarro.

Igual que salieron de la trena antes de tiempo violadores y abusadores veremos ahora celebrar su éxito a quienes fueron acusados de terrorismo, mientras el festejo por la deuda saldada nos tocará las napias a millones de ciudadanos.

La otra pregunta puñetera es cuánto tardará en volver a tocar los cataplines a la España torturadora y paleta este delincuente que entrará en Cataluña (va a ser de nota) emulando (cosa grotesca) a quien fuera honorable presidente Tarradellas.