* Por Francisco Javier Blázquez Vicente
Si la perfección fuese posible, en la fotografía Tomé se
aproximaría como pocos a los parámetros que la definen. Tras una dilatada trayectoria,ha
creadoun estilo personal fundamentado en la materia y las posibilidades que
esta ofrece para transmitir distintos tipos de sensaciones, con unas
fotografías muy pensadas en su concepción.
El análisis milimétrico, casi obsesivo, de la luz y la
pulcritud técnica en la ejecución de cada instantánea son rasgos permanentes en
la obra de Tomé que derivan en una concepción fotográfica de base racional. Sin
poder negar la intuición que siempre acaba aflorando en el creador, en sus
fotos nada es fortuito y casi nada surge sobre la marcha. Antes de cada disparo
hay mucho estudio y reflexión.
Tomé ha cultivado varios tipos de géneros, aunque sus
preferencias se han centrado en los que permiten el sosiego necesario para
logar la fotografía perfecta, consecuencia deuncalculado proceso
preparativo.Destacan en su obra, por tanto, las naturalezas muertas o tratados
icónicos para la meditación, las imágenes artísticas y, por supuesto, la
exploración de la fotografía urbana en sus distintas manifestaciones, con
arquitecturas, jardinería y transeúntes que acaban siendo asimilados por el
entorno. En todos los terrenos, con encuadres y recortes de lo más atrevido, ha
sabido trascender de la figuración a la abstracción hastaalcanzar una belleza
metafísica difícilmente superable.
En estas fotografías, acotadas a espacios reducidos, ha logrado
encontrar tal armonía de líneas y colores que su máxima de “lo menos es más”,
inspirada en palabras deCartier-Bresson, adquiere por momentos el paroxismo de la excelencia.
No se puede decir tanto con tan poco, ni se puede ser más preciso en eliminar
lo superfluo, lo que no aporta información alguna y distrae de lo fundamental. Por
eso la fotografía de Tomé es diáfana, sin mayor secreto ni misterio. Con una
técnica impecable extrae de la Naturaleza, espacios urbanos e interiores el
segmento preciso, oculto al ojo profano y desentrañado magistralmente por este fotógrafo
huidizo de la popularidad pero reconocido, sin embargo, en los ámbitos que
importan de verdad.
*Columnista. Historiador
Un lujo tener en Salamanca una persona y fotógrafo como Tomé, de quién tanto aprender.
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