Decía esta
tarde un hombre de palabra certera que Isabel Bernardo está en gracia como
escritora. Y es verdad. Da la impresión que la poeta salmantina, ha dado con
esa clave de inspiración que va llenando con creatividad cuanto hace.
Su Proclama
por la Paz, no se puede quedar para ser escuchada en un templo abarrotado, ante
más de 140 personas, como sucedió ayer. No. Su Proclama tiene que ser
visualizada y discutida como un ensayo de este tiempo para este tiempo y en los
foros que estén a su altura. Y en ello estamos, por supuesto.
Los Poetas
participantes, Elena Díaz Santana, José Frank Rosario (en la voz de J. Fernando
Santos Barrueco) y Soledad Mulas, al lado de Antonio Santos y el pianista Rubén
González, lograron conectar con esa extensión de sentimientos, que dimensiona
la calidad poética y musical, haciéndose digna tal fusión del mejor de los
escenarios.
Fue un
placer coordinar esta nueva historia de amor entre la música y la poesía, para
situarnos al lado de los cristianos que son perseguidos en el mundo.
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