21 de diciembre de 2015

UN HOMBNRE DE DIOS ENTREGADO A SIRIA




Publicado en el ABC el domingo día 20.12.16


Después de una larga y dura enfermedad, el padre franciscano Romualdo Fernández Ferreira fallece en Damasco, rodeado de la gran familia cristiana, que ha visto en él durante muchos años al apóstol español que quiso convertirse en hijo de la tierra siriaca.
Como hombre de Dios, desde el espíritu franciscano que en las santas tierras del oriente enaltece la humildad y la entrega, no se había cansado de repetir “…mientras quede un cristiano en Siria, mi lugar está en esta tierra que tanto amo”.
Su voz se alzó con extremada valentía en todos los foros internacionales donde le fue posible expresarse: esta absurda guerra, ha nacido del odio, para destruir el patrimonio insustituible de Siria.
La Curia General lo nombró en el año 1986  Delegado de la Conferencia del Norte de África y de los Países Árabes y, por tal causa, durante tres años fue el máximo  responsable de Egipto, Libia, Marruecos, Oriente Medio y Somalia.
Pero él llevaba por encima de todo en su corazón a Siria, y fue allí donde combinó las máximas responsabilidades de la orden con la investigación sobre el Arte Bizantino, que en aquella tierra es emblemático referente del paso de las culturas. A través de sus estudios, junto a los franciscanos Ignacio Peña, Pascuale Castellana y la doctora siria Widad Khoury, el padre Romualdo ha publicado varios libros que van a obtener un  inestimable valor, al ser ahora claros referentes de una época que dejó sobre Siria la firma del tiempo.
La destrucción que se está llevando a cabo sobre los emblemáticos emplazamientos cristianos, tan numerosos e importantes en Siria, harán que las publicaciones y estudios del fraile zamorano alcancen un valor  incalculable.
Tal es la importancia del trabajo realizado por el padre Romualdo Fernández en este campo de la arqueología que, en el año 2009 el papa Benedicto XVI le concede el diploma y la Cruz Pro Ecclesia et Pontifice.
Entre sus libros y estudios debe destacarse Símbolos cristianos en la antigua Siria que, publicado en El Líbano en el año 2004, muestra más de dos mil signos de la Cruz, fotografiados y dibujados por el autor, a lo largo de muchos años.
La Custodia de Tierra Santa ha expresado su dolor por tan irreparable perdida y en Damasco su funeral ha reunido a las distintas confesiones religiosas, para despedir a quien entregó su vida al acercamiento cordial y franciscano con ellas.
Antes de morir, expresó su deseo de ser enterrado en aquella tierra. El Padre que ahora lo acoge, hizo posible que no tuviese conocimiento de la destrucción de Palmira, lugar que él tantas veces mostró a los peregrinos que llegaban buscando las huellas de San Pablo, al Memorial que el regentase durante muchos años en Tabbaleh, donde una calzada romana muestra el lugar donde Saulo descubre al Señor a la entrada de Damasco.Descanse en Paz
J. M. Ferreira Cunquero

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