29 de diciembre de 2012

GRAN INOCENTADA





J. M. Ferreira Cunquero


Puede ser que en otro tiempo las inocentadas, en un día tan dispuesto para tal cosa como el de hoy, tuviesen cierta relevancia. Pero esto es como el pollo, que pasó de ser protagonista en grandes celebraciones a mero figurante en el menú diario, que por repetido llegó a causar aburrimiento.
Que somos inocentes está más que demostrado, con esta predisposición que tenemos a adoptar con ardor las promesas urdidas por los voceros que anhelan continuamente  subirse a la privilegiada tarima del chollo.
Don Mariano -hemos de reconocerlo- nos ha colado una variedad de inocentadas tan interesante en un solo año, que es prácticamente imposible que nosotros, pobres mortales, podamos estar a la altura de una fecha como la de hoy con alguna ocurrencia infantil trasnochada.
Para inocentada la que ha gastado el señor Mas en Cataluña a sus crédulos convecinos. Genial por inconsecuente y atrevida.
A un servidor a estas alturas le importa un pimiento que el Barcelona juegue en la liga internacional catalana contra el Gramanet, o que al pasar de Aragón (reino del que formó parte el territorio catalán durante siglos) nos registren como a extranjeros sospechosos en una delirante frontera. Si ha de ser que sea, faltaría más, señor Mas.
De todos modos esta movida me suena a broma de poco calibre, pues la Carta Magna, como vigía del Estado pondrá a su tiempo las cosas en su sitio. Sería un desastre que a estas alturas alguien consiguiera, por una decisión mal calibrada, ridiculizar la Constitución que, pese a los vicios que alberga, fue conseguida con el esfuerzo de todos.
Otra cosa es el respeto que a un servidor le merece todo el gentío que, por no considerarse español, aspire a esa independencia administrada (¡qué paradoja!) por CIU y ERC.
El caso es que, mientras maquinan cómo burlar las reglas del juego divagando con pasión esta tremenda chirigota, Cataluña, como el resto de España, se hunde, ante la ineficacia política, que da el cante, en la más grotesca inocentada de nuestro tiempo. 
Publicado en el diario El Adelanto de Salamanca y en el de Zamora 28.12.12


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