18 de junio de 2009

SOLO UN RESPIRO

J. M. Ferreira Cunquero


La reciente campaña electoral ha sido, más que pesada, insufrible. Todo un concierto desafinado con bandurrias destempladas, y voces propias de iletrados sin escrúpulos para meterse en disputas barriobajeras.
Como en un certamen de despropósitos, algunos políticos, desmadrados en la embriaguez de las mezquindades más insostenibles, han vuelto a las andadas, situándose sobre el podium donde los incongruentes logran sacar pecho. Y es que han sido tantos los atletas de la palabrería que han batido el record de las gilipolleces más ridículas, que incluso la baja participación de los ciudadanos en las elecciones puede ser juzgada como un logro plausible de la inercia democrática.

Pese a todo, hemos de seguir pensando que ejercer este derecho, que facilita el cambio de alineaciones en el juego demócrata, no debe menospreciarse por muy cabreados que estemos con estas indecencias políticas, que nos recomen cuando nos sentimos como títeres en manos de esta gente, que se sube a la tarima de la arrogancia para morder con prolijidad nuestra pobre cordura.
Ha sido, más que grotesco, espeluznante escuchar ese léxico marujil que ha intentado repartir la mierda a discreción en mítines que, en algunos casos, ni han sido capaces de reunir a los propios partidarios, por mucha banderita que se agitase haciendo bulto en el telediario correspondiente.
La crisis de aquí, la que nos aprieta con la corbata de la realidad el gaznate fue, más que los planteamientos programáticos europeos, el núcleo de todas las tracas. Una crisis que, en estas recientes elecciones, ha sido un auténtico chollo para rellenar la carencia de propuestas que despertasen el interés en los ciudadanos.
Cuanto mejor me cae Rajoy por sus maneras, más descubro su incapacidad para darle leña al contrincante socialista, desde su legítimo derecho como aspirante a ocupar el ansiado trono del poder. Y es que cuando se tiene el talego de las propuestas vacío, y los buracos de la inseguridad se prestan a que se fugue hasta el poco aire que nos queda, lo fácil es caer en la trampa de montar la barraca de las discordias, olvidando el pestilente olor de nuestro propio muladar.
Cuando se está inmerso en estas miserias que se apilan en el andamio, puede aparecer un ministro, experto en calentar como pocos campañas electorales aburridas, para motivar, con diligente entusiasmo, la apatía de los suyos. El señor Blanco, a sabiendas de que podría montarse el bollo, hace una referencia (impropia en quien está subido en la burra del poder) para meternos en el cuerpo la sensación de que Aznar tiene un batallón de gente guardándole la viña.
Después, emergen las pitonisas y los fascinadores de la cosa tonta, prediciéndonos un futuro enternecedor, en el que ZP y Hussein Obama se constituirán al unísono en semidioses interplanetarios, que nos repartirán la miel de la dicha, y la concordia entre todos los mortales. El problema se suscita cuando descubrimos que, por tener la bola de cristal rallada en la arena de la bobería, la pobre adivinadora se empeña en demostrarnos que en estos menesteres es pura calamidad, como su jefe. Y es que en dos días va Obama, en el Cairo, y suelta, entre su proclama cautivadora para el mundo musulmán, una lindeza histórico-cultural, al estilo cutre estadounidense, que nos mete un rejón hasta las muelas, cuando menciona Al Andalus. Pero, qué más da esto…, el amo del mundo es el amo y lo demás fuego de artificio.
Lo cierto es que, los presuntos cofrades de la corrupción que desfilan estos días por las callejuelas del PP no han mermado una victoria electoral que, por mucho que trate de ignorar el PSOE, es un ronroneo de atención que, a medio plazo, más que decisivo, puede ser interesante.
Nuestra adversidad es que, apenas acabamos de ir a las urnas, volvemos a meternos en campaña. Lo positivo de esto es que, ante la cita con las urnas, milagrosamente se adecentan las cifras económicas con esperanza a granel. Luego… -ya sabemos- la realidad es otra cosa.

Publicado en el diario El Adelanto de Salamanca el 18.06.09

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