12 de octubre de 2006

¿GOBIERNO ILEGITIMO? Publicado en el diario El Adelanto de Salamanca


J. M. Ferreira Cunquero

Cuando escucho esos argumentos, que pregonan quienes se alinean cercanamente a la derecha convulsiva, de que estamos en los inicios calcados de lo que fue el desastre nacional del 36, no puedo por menos que tomármelo a broma, por mucha intensidad que quieran poner en tan increíbles razonamientos. Sin embargo, es distinta la sensación que me produce esa monserga intolerante, que proclama la ilegitimidad de este gobierno, con una reincidencia, que sí debería asustarnos, si los condimentos que sazonan nuestra sociedad actualmente fuesen otros.
El desastre del estado de derecho, sí que podría presumiblemente llegar cuando no se respete la expresión del pueblo en las urnas. Creer que los votos deberían tasarse con diferente cuantía según la formación cultural, es otro de los argumentos que sostiene el análisis interesado, que proclama que el triunfo de Zapatero se dio gracias a un electorado fácilmente influenciable por su escasa preparación. Estas manifestaciones insostenibles en el estado democrático son las que en el fondo alimentan todas esas conjeturas, que califican al gobierno de ilegítimo, obviando que en España, gracias a unas buenas dosis de concordia, podemos libremente elegir la papeleta electoral que más nos interese.
Lo que sí debería importarnos a todos, aunque pensemos de forma distinta, es que algunos grandes medios informativos están removiendo últimamente el establo social, de tal forma que una pestilencia insoportable perfuma el ambiente interesado, que anhela conseguir o salvaguardar el poder, bajo el amparo de la sucia e incalificable política de los trasfondos. Una política que, agazapada en los despachos donde se maquinan estrategias poco trasparentes, ansía conseguir los réditos que compensen o devuelvan, en forma de agasajos materialistas, tanta subordinación y compadreo.
La parafernalia guerrera que sostienen algunos de esos medios sólo puede llevarnos a falsas conclusiones, si nos bebemos el néctar de su vocerío, entregándonos a la tentación de hacer nuestras sus más que bochornosas homilías.
El problema no es que se investiguen periodísticamente casos que mantengan viva la duda sobre cualquier indicio de manipulación de la prueba. Lo peligroso es fomentar esta psicosis permanente que se funda en la filtración, sin medir consecuencias, de diversos hechos delictivos, con el flojo argumento de la sospecha.
Las habas del disparate crecen estos días por los diversos terrenos políticos con todo tipo de acusaciones, que más que desgastar al grupo oponente, lo único que buscan es conseguir las migajas de unos votos que, situados en el centro, pueden tener una clara influencia a la hora de conseguir el poder.
En democracia es más importante quien tiene la obligación de estar preparado para gobernar en cualquier circunstancia, que el propio ejecutivo Como grupo más importante de la oposición, el PP no debe caer en trampas tentadoras, que pueden abrir, por atajos poco recomendables, las ansiadas puertas de la Moncloa. Sería desastroso que este panorama de crispación palpable, que propaga cualquier indicio sospechoso como arma arrojadiza contra el gobierno, nos llevarse a la conclusión de que la intolerancia es un buen sustituto cuando faltan iniciativas y argumentos,
Nos puede caer mal la osadía de Zapatero a la hora de meterse en tantos charcos, incluso su sonrisa nos puede dar urticaria, pero de ahí a tacharlo de presidente ilegitimo, la verdad, huele demasiado rancio a una época superada. Claro que si no se ha oreado el pelaje en el tendedero democrático, a estas alturas, es fácil que al sudar demos el cante…

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