4 de junio de 2019

EN LA PROSPERIDAD ¿PROYECTO HOMBRE?


Publicado en la Gaceta de Salamanca – 30.05.19


En la Prosperidad, ¿Proyecto Hombre?

J. M. Ferreira Cunquero



¡Por Dios!, ¿a quién se le ocurre poner drogadictos al lado de casa…? Por supuesto que apoyamos a Proyecto Hombre, -¡faltaría más!-,  pero lejos de nosotros, lejos de este barrio que siente, en la mochila de su seguridad, la amenaza…; todo por nuestros hijos…



Más o menos estos son los argumentos de quienes todavía -parece ser-, no han caído en la cuenta, por desconocimiento, de que las drogas circulan por las cañerías de nuestras viviendas sin ser detectadas, simplemente porque este tipo de sustancias, no dejan huella que identifique en rostros demacrados su imparable acometida.

En cada alta terapéutica que se produce en Proyecto Hombre Salamanca, los familiares relatan, una y otra vez, que necesitaron varios años para detectar la invasión mortífera de este tipo de sustancias que asesinan a sus consumidores, después de secuestrar de forma impune la dignidad.

Este  destructivo sufrimiento lo viven quienes creían que estaban protegidos, por pertenecer a la casta de la buena suerte o a la que saca pecho disfrutando de una educación con pedigrí.

Pero el problema inaugura desasosiegos infinitos,  cuando, de repente, un día caes en la cuenta de que la catástrofe ha invadido el espacio familiar más intocable y, metido en una cuenta atrás sin retorno, buscas ayuda. Entonces es cuando descubres que furtivamente ha penetrado, en la atalaya familiar que creías inexpugnable, una despiadada enfermedad que nada tiene que ver con lo que creías hasta entonces que era puro vicio.

Es curioso que Proyecto Hombre Salamanca tenga un centro situado al lado de tres o cuatro urbanizaciones de un prestigioso abolengo social y que jamás nadie haya protestado por haber sufrido algún tipo de situación de convivencia reprochable. Más llama la atención que otro centro de Proyecto Hombre, emplazado en el casco histórico de la ciudad, nunca haya recibido una sola voz en contra.

Está claro que la algarada vecinal contra el establecimiento de Proyecto Hombre en las Bernardas, nace y renace simplemente desde una idea regada por el desconocimiento o, vete a saber, si por alguna intención soterrada que no puede descifrarse.

Esta movida vecinal vocea ofensivas falsedades que siguen madurando en una radicalidad incomprensible. En PH hay profesionales que tienen su sueldo, como no puede ser de otra forma, cuando se lleva a cabo una labor seria y digna para quien, fruto de su enfermedad, busca una nueva oportunidad en la vida. Pero Proyecto Hombre Salamanca cuenta con más de 100 voluntarios que, de forma altruista y desprendida, acompañan a los chicos en sus asuntos personales por la ciudad o pasando la noche con ellos. Ningún voluntario cobra ni un solo céntimo por su labor, necesaria dentro de una estructura que sigue recibiendo elogios desde todos los puntos de España.

Ningún chico puede salir del centro terapéutico sin acompañamiento hasta no estar próximo a esa alta terapéutica que los devuelve a la sociedad con un cartel etéreo que dice: soy un ser humano y merezco la pena.

Lo importante, lo trascendente es saber que en los últimos meses, como viene haciendo desde hace 15 años, Proyecto Hombre ha reintegrado a la sociedad a varios chavales. Hombres y mujeres de nuestro tiempo que, sometidos a la férrea disciplina de un duro programa, lograron recobrar la dignidad perdida. Chicos que llegan buscando, en los centros de Proyecto Hombre Salamanca, un salvoconducto para regresar con la frente alta a la vida.

Es tal el desatino de esta movida, que se irá cayendo por el peso de una inconsistencia que ha tenido que recurrir al insulto o a la bajeza moral de poner la flecha en la frente del sacerdote Manuel Muiños. Un hombre entregado a la causa de los demás sin desmayo, reconocido con todo tipo de distinciones.  No puede tolerarse que se intente marcar su decencia con todo tipo de injurias y mucho menos atacar por medio de él a la Iglesia, que nada tiene que ver con Proyecto Hombre.

Sería fabuloso que el corazón y la rabia visceral diesen paso a la cordura. Sería necesario que los vecinos movilizados, se acercasen a conocer Proyecto Hombre, para que vieran y entendiesen que esos chicos, valientes y necesarios, pueden ser sus hijos sus nietos o hermanos. Entonces, quizás caerían en la cuenta de que deben ser acogidos y no expulsados de un barrio donde doy por seguro que, no tardando mucho, demostrarán cómo ha crecido en ellos la valía  humana, después de salir de uno de los pozos más profundos que tiene y alimenta la sociedad en la que vivimos.

Un barrio como la Prosperidad se merece sentir cómo brota de su corazón el abrazo de la solidaridad y la acogida hacia quienes buscan en nosotros un pedazo de aliento…

J. M. Ferreira Cunquero

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