Ayer tuve la fortuna de encontrarme con los chavales del tercer curso
de la ESO en el Colegio de la Milagrosa- Las Nieves de Ávila.
De la mano del amigo y profesor de Lengua y Literatura, Francisco Javier Blázquez
Vicente, durante una hora con cada uno de los distintos grupos de alumnos, intentamos
desentrañar los entresijos poéticos y el lenguaje del alma de algunos de mis
poemas.
La experiencia más que positiva, fue aleccionadora para este humilde labrador
de letras, pues más allá de discernir donde estaba escondido algún hipérbaton o
de recoger la cosecha de adjetivos en los distintos surcos semánticos, de los
poemas, fue un placer descubrir en alguna mirada, el desconcierto que
surge cuando la metáfora se convierte en uno de los mejores visados para entrar en el distinguido
país de las emociones.
Me quedo con la compostura de los chavales, la acogida y, como no, con
la disposición del Colegio de la Milagrosa
por permitir esta experiencia que debería ser materia obligada en todos los
centros de enseñanza. Por supuesto que al lado de la literatura tendrían que
estar compartiendo con la misma intensidad cobijo, todas las ramas del arte, enlazadas
bajo una estudiada programación que podría servir para hacer crecer como
personas, a la juventud que en breve espacio de tiempo tomará por ley de vida
las riendas de este país.
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