25 de mayo de 2015



LA MAMANDURRIA EN TIEMPO MUERTO

J, M, Ferreira Cunquero





El PP y el PSOE han sido tan afortunados durante miles de añadas, que se habían creído que tocados por la varita de la buena suerte, se alternarían el poder, por los siglos de los siglos, como si este país fuese el patio de su casa.

Y tanto va la cacharrería a la fuente del granito de la chorrada y el despropósito, que al final se machaca el cántaro contra el pretil de la realidad, pues aunque tarde, pocos como el saber joder los botijos.

Es más que triste, patético, ver como quienes van a perder la silla, sacan cierto gracejo del incombustible pellejo de la cara dura, para decir : “hemos ganado las elecciones”.

Que se vayan con viento fresco toda esa banda de barrigas, con aspecto de empacho, al muladar de las desdichas, ante estos caprichos que podemos darnos en las urnas, cuando el voto de un catedrático de la mamandurria, tiene el mismo valor que el de un conserje de la calle de la misericordia.

Y ahora tocan las campanas cañís del politiqueo a divertirse, que bastante hemos llorado, ante la desfachatez de la opulencia demagógica de los tontos y delos multiples chorizos, que nos han saqueado hasta la grasa.

Hemos de dar por seguro, que van a seguir gobernando en muchos lugares los mismos, pues no hay que olvidar que dentro de unos meses tenemos otra cita electoral, y ante ella, Podemos y Ciudadanos, tienen que cuidar la mochila bailando la yenka con sumo descaro. Ahora hay que tragar hasta noviembre, no vayan a tirar por los costados de la inoportunidad, las buenas y sustanciosas migajas que han conseguido.

Eso sí, los que gobiernen, como es el caso de esta ciudad (que exporta jóvenes como si fuera el trigo de sus cosechas) van a tener que consultar hasta con la almohada, el simple cambio de un cuadro, en el pasillo principal de la casa común. Y eso tiene que joder un rato, cuando se viene de mover la tajuela al gusto, en cualquier rellano de la tontería municipal.

No hay que ser muy avispado para suponer que por la soldada, unos van a ceder el mondongo, mientras otros afilarán en la piedra de las oportunidades, el cuchillo de la caprichería novata. A reír tocan o quién sabe si a llorar cuando pase por delante de casa el sepelio…




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