3 de septiembre de 2013

SIRIA: "La solución es el dialogo"

Publicado en LA OPINIÓN- EL CORREO DE ZAMORA- 02.09.13

El alistano Romualdo Fernández, único religioso español que permanece en Siria, cuestiona el papel de occidente y lamenta «las manipulaciones»

02.09.2013 | 06:10
«La solución es el diálogo»
«La solución es el diálogo»
«Cuando me llegan noticias de Zamora se me abren los ojos» cuenta Romualdo Fernández al otro lado del teléfono. Por desgracia en España los ecos sobre Siria no cesan y cada día que pasa con unos tintes más preocupantes. Por eso, escuchar la voz de este alistano del Medio Oriente resulta poco menos que milagroso. ¿El padre Romualdo por favor? Al otro lado de la línea la voz de una mujer que responde en italiano: «está en misa, llámenle en una hora». Escuchando a la hermana todo parece normal en la Casa Memorial de San Pablo, en Damasco.
En efecto, en una hora se pone al teléfono el padre franciscano. Y la inquietud transmitida desde Zamora se torna en sosiego. ¿Cómo están las cosas por allí? «Es todo muy complicado pero parece ser que tantas amenazas se van suavizando. Antes de adoptar una decisión, los jefes de Estado deben tomar todas las distancias posibles. Y aquí estamos, esperando a ver si llega una solución».
Romualdo Fernández no se aparta de lo que siempre ha mantenido. «Las informaciones llegan allí (a España y Occidente en general) muy manipuladas». ¿Entonces el ataque con armas químicas del que se culpa al gobierno de Bachar el Asad? «Ha sido todo un montaje, no se por qué los periodistas no contrastan la información. No es verdad que el gobierno haya utilizado armas químicas y sino que lo prueben. La oposición las ha usado más que los demás. El año pasado se produjo un ataque que terminó con muchas personas carbonizadas como consecuencia de los elementos químicos. Y de eso nadie habló». Como tampoco -cuenta- de las explosiones sucedidas en marzo pasado en la ciudad de Alepo «con las mismas consecuencias».
«No sé cómo los grandes no llegan a desentrañar la verdad» se pregunta el padre Romualdo mientras las potencias occidentales debaten sobre el momento de la intervención militar en Siria. Lejos de ultimar los detalles de una acción armada de consecuencias imprevisibles «que convierta la Siria en un nuevo Irak», el padre Romualdo Fernández sostiene que «la verdadera solución tiene que venir del diálogo». Pide que se sienten Estados Unidos y Rusia porque el futuro de Siria «está en sus manos. Nosotros queremos la paz, pero ahora como Iglesia nos toca vivir este trance».
De los inspectores de la ONU tampoco espera demasiado; «vienen con unas ideas programadas. Vamos a ver lo que pasa en una semana».
¿Y cómo es el día a día? «En los hornos de pan se forman colas enormes, muchos compran más del necesario para después revenderlo. Claro, lo lógico es tener algo en la despensa» cuenta el padre franciscano. ¿Miedo?, no cabe esa palabra en el sentir de Romualdo Fernández. «Lo que hay es preocupación, siento todo esto por la gente. Desde la oposición se tiran una serie de misiles portátiles, sin programar, sin dar tiempo al pueblo a protegerse, caen en cualquier sitio y a eso la gente sí le tiene mucho miedo». En lo que respecta a él, es un hombre curtido en mil batallas. Vivir desde hace más de cuarenta años en el siempre convulso Medio Oriente parece haber creado una coraza en este hombre de Dios que resulta asombrosa.
Por eso no se le pasa por la cabeza salir del país, ni mucho menos volver a España, a Zamora, a su pueblecito de Figueruela de Abajo antes de lo previsto. Toca en julio del próximo año, dos veranos después de su última estancia en el pueblo que le vio nacer y cantar misa hace cincuenta años. Fue el 8 de agosto de 1963 en la paz de su pueblo, la que ansía para su otro pueblo de Siria, al que está entregado en cuerpo y alma.
Romualdo Fernández ha permanecido los últimos 20 años en Siria como responsable de la Casa Memorial de San Pablo en Damasco. Pero su presencia en la zona se remonta a 1960, cuando se marchó a Jerusalén para concluir sus estudios de Teología. Aquella experiencia debió marcarle para siempre y la vida de este franciscano quedó ligada a Oriente Medio. Hasta que la guerra se lo ha impedido, el religioso alistano ha compatibilizado su labor pastoral con la difusión y el estudio del inmenso legado arqueológico que le ha convertido en uno de los más respetados expertos en la civilización bizantino-siria.

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