2 de diciembre de 2009

¡TOMA YA!





J M Ferreira Cunquero


Si señor, hay que resucitar el tinglado teatral más llamativo como cebo ilusionador para escépticos y apáticos votantes.
Oye tú, que por un momento creí que iba a aparecer Muhammad Ali en uno de aquellos legendarios combates contra Floyd Patterson o Sonny Liston en el Madison Square Garden de New York. Craso error el mío.
El showman de turno simplemente anunciaba entre músicas celestiales la aparición estelar de ZP sobre el ring hogareño socialista.
¡Toma ya! Esto es innovación, parafernalia acorde con los tiempos de crisis que vivimos. Y es que no viene mal un poco de perejil en la patata económica que, sobre el fuego lento de la indecisión política, no acaba de dar el primer hervor.
Hemos de imaginar que estas cosas de la apariencia grandilocuente ante sus acérrimos partidarios, es un nuevo apunte de la necesidad que tiene el gobierno de creerse las soluciones seudo milagrosas que surgen del carisma de un líder que logra convencer a los suyos como nadie.
Envidia debe tener Rajoy de cómo, el más poderoso de los Rodríguez españoles, maneja los entramados de su partido en esta época tan poco exigente, a la hora de evaluar a tanto palabrero de poca monta.
Esta es la política de aquí. Cosa nuestra. Made in Spain que dice la Jenny: una amiga inglesa que sigue asegurándome que la guinda de nuestras contradicciones ha vuelto a picarnos en las posaderas con el episodio del atunero Alakrana.
Vaya por delante que, tanto ella como un servidor, celebramos a lo bestia que los pescadores estén a salvo por fin en casa. ¡Faltaría más!
Pero la Jenny me endosa, con pleno convencimiento, que se tenía que haber actuado a la inglesa: persecución, punto de mira y zambombazo; y me recuerda a la Dama de Hierro cuando se cargó sobre su espalda toda la responsabilidad de los tres activistas del IRA que fueron abatidos por la policía inglesa en el Peñón de nuestras las discordias.
Entonces ofusco a la moza británica cuando le digo, que los países que tienen barcos en la zona conflictiva, donde deben poner el dedo sin temor es en su país. ¿Acaso no se pagan y negocian en Inglaterra los rescates de estos delitos? Más terrible es sospechar, como aseguran los doctos en esta materia delictiva, que es hasta posible que allí se estén organizando los entramados que proporcionan los pingues beneficios que empiezan a ser la gran bicoca mundial del chollo mafioso.
En lo único que sí le doy la razón a la Jenny es en que el gobierno y la oposición que padecemos siguen jugando a las tabas, con la única perspectiva de seguir perdidos en el atrayente paisaje cautivador de las urnas. Aquí todo huele a propaganda y voto. Da igual el pescado que asome en los oleajes políticos de este tiempo idiotizado, donde no somos más que pobres marionetas de un teatrillo de cachivaches de temporada.
Y es que solo han pasado unas horas de la liberación de los pescadores y el PP ha sacado el látigo con pestilente olor a tapadera para dar leñazos al viento. Del otro lado, un Rubalcaba agarrotado se lía a dar explicaciones que no las supera ni la súper ministra intergaláctica del cachondeo.
El asunto, guste o no, es que los piratas han recibido un rescate; que se ha puesto en entredicho otra vez, (y no será la última) a los jueces por hacer su trabajo confundiendo la velocidad con las chirimoyas.
El problema, el gran problema de fondo es que estamos metidos en elecciones permanentes y los asuntos de Estado, más que unir, son cauces demasiado apetecibles para dar la nota sacando tajada.
Publicado en El Adelanto de Salamanca el día 26.11.09

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