Publicado en el diario "El Adelanto" de Salamanca 28.06.07
J. M. Ferreira Cunquero
Aunque esa justicia, que se propaga bajo el auspicio patrio del cotilleo, sea una auténtica castaña, la realidad es que, para quienes no hemos tenido relación alguna con el tema judicial, la ley y los jueces se pueden convertir, como es el caso, en los únicos defensores posibles contra esos patéticos comediantes que, una vez descubiertos, sólo viven para hacer daño al prójimo como sea.
En estos días estoy pendiente de una resolución firme que va a poner las cosas en el lugar que merece quien ha intentado atropellar una parte de mis derechos fundamentales como ciudadano.
Que se tranquilicen los que puedan pensar que trato de referirme a la sentencia que ha condenado recientemente a un pobre hombre que se dedicaba a colgar cobardemente páginas difamatorias en Internet, emulando a esa fauna de majaderos que se escudan tras un ordenador cuando no saben dar la cara como hombres.
Mencionado el tema, no puedo por menos que otorgar un sobresaliente, por la caza de tan inesperado reo, a
De momento un juez ha puesto las cosas en su sitio para darme la razón cuando escribía, hace más de un año, que a este tipo de roedores basura les place tanto el queso que no pueden evitar caer en las ratoneras como auténticos tontainas.
El caso es que la cuestión de la que quería dar cuenta en este “Cajón de los ruidos” es de una propuesta de resolución de
Entre acabar en un juzgado para recoger unas migajas que nunca van a resarcir todo el tiempo perdido en conversaciones inocuas con ese tropel de telefonistas ineficaces, o sentir la satisfacción de que alguien valore y proteja mis derechos intocables estimé conveniente la segunda alternativa.
Esta propuesta de sanción que obra en mi poder, ayuda a reforzar la creencia de que en el estado democrático, la ley debe salvaguardar, por encima de cualquier otro interés, los derechos de los ciudadanos.
Cuando esta resolución sea firme, esperemos que sirva para acotar el espacio de estas grandes empresas de la comunicación que engrandecen sus enormes beneficios mientras machacan la buena fe de muchos de sus clientes.
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