J. M. Ferreira Cunquero
Nacido en el pueblo
zamorano de Figueruela de Abajo, fray Romualdo Fernández Ferreira fallecía en
Damasco, en el año 2015, después de haber dado instrucciones a los frailes, de
que debería ser enterrado en la Siria que él tanto amaba.
Hace unos meses el
periodista salmantino Alberto López, portavoz de misiones salesianas, visitaba
Siria. Por encargo de la Hermandad Franciscana de Salamanca, de la que fray
Romualdo es simiente fundacional, Alberto rezó ante su tumba, en el Memorial
San Pablo de Damasco. Cuando explicaba el motivo de su visita, la gente,
entusiasmada, le contó cosas asombrosas de aquel hombre tan especial que
tuvieron la suerte de tener y compartir durante muchos años.
En la peregrinación
que hice a Tierra Santa hace tres años, me impactó que los frailes españoles
que conocí, relataban maravillas del padre Romualdo, pero lo más curioso fue
cuando algunos ponían en sus labios el nombre de Figueruela de Abajo. Contaban
que fray Romualdo se pasó toda la vida hablándoles de su pueblo.
Pero lo que
trasciende es que sus estudios e investigaciones sobre la época bizantina van a
permitirnos recuperar muchos detalles que, para desgracia de la humanidad,
fueron borrados por la guerra.
Es ahora, cuando el
tiempo tamiza recuerdos, cuando empezamos a ser conscientes de que la
importante labor arqueológica de este ilustre hijo de la tierra zamorana,
comienza a ser fructífera. Sus libros brotaron como auténticas joyas pulidas
por él y sus inseparables compañeros de viaje, los frailes Pasquale Castellana
e Ignacio Peña.
Seguramente, el
libro más interesante sea el que lleva por título Símbolos Cristianos de la
Antigua Siria. Esta obra llama la atención por lo que aporta, desde el
esfuerzo artesanal de fray Romualdo, al mostrarnos en sus páginas, más de dos
mil representaciones distintas de la cruz en grafitos y tallados, representados
dentro de todo tipo de formas. Esta variedad tan sorprendente de signos
cristianos, fueron dibujados y fotografiados por el propio autor durante sus
investigaciones por los asentamientos cristianos de las Ciudades Muertas que,
al norte Siria, junto al padre Romualdo pude visitar y asombrarme al ver las
espadañas de las iglesias cristianas de los primeros siglos erguidas como
tesoros del tiempo sobre la interminable planicie.
La importancia y
trascendencia que desprende esta obra, ha promovido con gran acierto su
reedición en Italia.
La intención de fray
Romualdo no fue otra que dejar constancia para la posteridad de que el
cristianismo se asentó, en los primeros siglos de nuestra, era por la zona
siriaca y que los silenciosos y anónimos autores dejaron su sello, en una
evolución que, a través de la cruz, nos hace revivir las frecuencias del arte
en esa dimensión creativa que puede atizarnos el pulso del tiempo y de la
historia.
Nos podemos hacer
con esta magnífica obra traducida al italiano bajo el título, Simboli
cristiani nell’antica Siria a través de Internet.
El idioma no merma
lo que podemos ver, a la hora de contemplar el símbolo de la cruz en tantas y
diversas grafías. Por esta razón merece la pena tener en nuestra biblioteca esta
alhaja confeccionada pacientemente a lo largo de muchos años, por este
entusiasta fraile de la Custodia Franciscana de Tierra Santa, que salió
prácticamente siendo un rapaz de Figueruela de Abajo.
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