10 de agosto de 2015

GONZÁLEZ QUESADA EN EL CRIMEN DE FRAY LUIS




Media el atardecer. Los rasgos sombríos en las  piedras vislumbran la próxima anochecida sobre La Plaza de San Benito, que es celda, refugio y hogar, donde han de trasgredir con pasión, los hechos allí narrados, la inalterable andadura del tiempo.

En tan salmanticense espacio, puede presumirse enjuto el rincón, donde de la mano de este polifacético hombre de letras, que es Ángel González Quesada, es fácil tocar con los dedos, en caricia intemporal que todo lo puede, al Fray Luis de León más humano, reconociendo en él, al hombre instruido que sufre el malvado y cruel acoso de los de siempre. Porque los de siempre siguen ahí agazapados resucitando el Medievo, en demasiados lugares, que por cercanos, ni en nuestra cuenta ya tienen sitio.

La obra espléndidamente escrita, recuerda las impresionantes columnas con las el escritor una y otra vez, demanda el hecho pedagógico, como elemento imprescindible para rescatar de la modorra, al hombre sumido en su cruel y mayor desdicha, que no es otra que la falta de alimento cultural que despierte, en lo más recóndito de sus adentros la rebeldía o la protesta.

Una pieza teatral sin trampa ni cartón, escrita meticulosamente, creo, pensando en el actor que va a interpretar esa parte del todo, que toma forma, hasta confluir en el ensamblaje de palabras, voces y gritos que claman contra esa injusticia, que por la misma causa que condenó a Fray Luis, sigue asolando pueblos y tierras de este alocado, chabacano y cruel mundo de la esclavitud y la violencia humana.

Y ahí tenemos todos los ingredientes, a pie de calle, en manos de cuatro actores que nos van introduciendo sin apenas caer en la cuenta, en un mundo que el autor, bajo las referencias claras al fraile agustino, (excepcional personaje de nuestra historia) ha creado para reflexionar, convulsionando nuestra conciencia en los momentos cruciales de la obra.

Una hora de teatro grande, en la que podemos saborear de nuevo, al tímido y gran hombre de letras, trasformado en ese descomunal actor, que nos atrapa  en el mágico y seductor abrazo del personaje.

No me atrevo a  afirmar categóricamente (aunque a mí me lo parezca) que esta interpretación de Ángel González Quesada, sea la más conseguida, pero  en cierto modo, sí que es la que vuelve a evaluar, mostrando, la gran categoría teatral que atesora este insigne salmantino de nuestro tiempo.

A su lado, Alberto Boyero, Gloria Escudero y Álvaro Málaga, de forma elocuente y con efectiva trasmisión, han sido capaces de inmiscuirse con certera entrega, en el espíritu de los personajes que nos ubican con precisión en el siglo XVI.

En definitiva, estamos ante un espectáculo teatral de categoría relevante, que de forma gratuita y en un lugar especialmente atractivo de nuestra ciudad, no podemos perdernos de forma alguna.

A través de esta nueva apuesta de Etón, podemos reflexionar sobre los presos que en las cárceles de los submundos, pierden cualquier vestigio de la dignidad humana, a la que todos, sin excepción tenemos derecho. Pero también es posible, que regresamos a las bibliotecas para constatar que el Fray Luis de León, que interpreta con tanta pasión y entrega, nuestro Ángel González Quesada, sigue vivo en la insobornable verdad del tiempo.

Marca amigo lector en tu agenda el próximo viernes, 14 de agosto, para que no se te olvide que puedes presenciar y vivir, en la Plaza de San Benito, a las 20,30 El Crimen de Fray Luis, que escrito por Ángel González Quesada, interpreta bajo su  dirección Etón teatro.
j m ferreira cunquero

No hay comentarios:

Publicar un comentario