2000 - Al otro lado de las horas





Es la fachada lo que importa,

tener aparente buena pinta

y vestir casi siempre porque pueden

lo que nosotros nos ponemos en domingo.

Hipócrita luego una sonrisa

con esfuerzo florece en esos rostros

que mendigan a peseta la ignorancia

y empachados de comer tanto respeto

se idolatran soñándose escultura.

Pero ahí estamos nosotros,

en ese ambiente que fabrica tanta nata                                              

poniendo con esmero nuestra guinda.


Y es que llevamos con orgullo

los vaqueros que compramos

a conciencia por enero en las rebajas

y solo vestimos de etiqueta

cuando nos deja con placer nuestra locura

bebernos la miel de la ironía.